viernes, 12 de junio de 2009

SACRAMENTOS VARIOS

Ya se que hace tiempo que no escribo pero, en mi descargo, tengo que decir que mi nieto, me tiene muy entretenida y todo no se puede hacer. El caso es que, últimamente, ando, de verdad, ojiplática total: entre que las niñas de 16 años pueden abortar sin que lo sepan sus papás (eso si, papá y mamá a pagar y a hacerse cargo de todo lo que la nena precise, clases de ballet incluidas, y cuidadito con preguntar que igual te multan); que las embarazadas portan dentro (y las que lo estuvimos, por lo tanto, portamos en algún  momento de nuestros embarazos) algo vivo pero no humano (por cierto, me mata la curiosidad: ¿qué será?. Y, de paso, me rompe todos los esquemas. Quiero que la Ministra me lo aclare. Y si ella no puede, la Vicepresidente que creo que es muy lista y no le pilló la LOGSE, así que algo más sabrá. Seguro); que el Ministerio de Igualdad con su ministra a la cabeza, pretende igualarnos pero no se por dónde ya que yo no quiero ser como los hombres ni comportarme como ellos, ni quiero ser “miembra” de nada porque no me gusta y suena fatal y estoy encantada de ser mujer y VIVA LA DIFERENCIA!; y que los últimos acontecimientos nos han dejado un “bautizo civil”, no me extraña que sufra de ojos rojos y me pase la vida lagrimeando. Creí que era la alergia pero… a que no?. A que va a ser todo eso que estoy enumerando?. Pues esa manía de la gente de convertir en “civiles” todos los sacramentos de la Santa Madre Iglesia, como que me mosquea. Porque digo yo ¿no será que les gustan los ritos y la bambolla más que a un tonto una tiza? Tanto criticar los palios (la gente joven ya ni sabe lo que es), las vestiduras, los ritos, el aburrimiento de las misas, etc… y resulta que ahora hacen lo mismo, sin pasar por las iglesias y añadiéndole lo de civil. Menuda incongruencia. No tienes más que acercarte al Juzgado o al Ayuntamiento en días de Bodas civiles y te las encuentras (a las novias sobre todo, claro) con velo y demás y hasta con las nenas que portan algo parecido a las arras y visten unos modelos que, en la tienda donde lo compraron, seguro que cerraron nada más vendérselo y fueron a celebrarlo a la cafetería de al lado metiéndose entre pecho y espalda un buen chocolate con churros, doble, por supuesto. O sea, que se empezó por las bodas, se sigue por el Bautizo civil y, a continuación, vendrá la Confirmación civil para asegurarnos que la criatura quiere seguir perteneciendo a la especie humana en vez de querer irse con ET, pongo por caso. Luego, claro, llega el espinoso sacramento de la Eucaristía, vulgo, Comunión civil: dejo a vuestra fértil imaginación (y a los que me conocéis bien) cómo puede ser una comunión civil: yo les daría dos “crucigrameros puertos de Roma” y, hala! A celebrarlo con la familia y los amigos en una comida, bugre incluido. El siguiente sacramento con el que tropezamos es la Confesión, pero mira por donde, va a ser más difícil que una civil, sea voluntaria. Va a ser que no. Va a ser que sólo se va a producir cuando un juez llame a declarar por los desmanes que se ven día si, día también. Vamos que no creo que empecemos todos en masa a auto-acusarnos de bajar música y películas desde la red y pedir, fervorosamente, que nos pongan una multa como penitencia. Tampoco me imagino yo a la mayoría del personal haciendo cola en Hacienda para rectificar la Declaración de la renta al grito de “mea culpa, culpa mea, quiero pagar lo que no declaré, ÉÁ!. Para el Orden Sacerdotal, ya me parece más fácil encontrar candidatos: hay tanto fantasmón suelto! Ahí caben los que se pirrian por casar, celebrar bautizos civiles, aparecer en todo tipo de manifestaciones y ceremonias, etc… Y aunque no lleven sotana, porque ya ni los curas de verdad la llevan, si se puede decir que visten de una manera que podíamos llamar uniformada, así que se les distingue también a la primera de cambio, igual que se distingue perfectamente a todos los empleados de banca, o sea, bancarios (que no banqueros que es cosa muy diferente). En cuanto a la Unción de los Enfermos, conocida antiguamente como Extremaunción, no se qué cara pondrán los que la pidan civil cuando vengan a leerles un párrafo de la Constitución y les adviertan que, dado su estado de salud, vienen a despedirle con un cóctel de fármacos y que la ciudadanía les está muy agradecida por su consideración al dejar de gastar una pensión que pagamos entre todos, porque van a dejar sitio a otros y porque el gasto hospitalario se está disparando con su estancia a cargo de la Seguridad Social, aconsejándoles, de paso, que si hacen testamento, aprovechen para dejar al Estado el tercio de libre disposición que ya el gobierno sabrá como distribuir lo que toque, equitativamente (ejem, ejem). Y, a todo esto, Berlusconi de campo y playa. Bueno no quiero acabar sin contaros algo que presencié hace muchos años en un pueblo de Asturias (cuyo nombre no voy a citar). Se celebraban las primeras comuniones en la parroquia. Entre las niñas había una hija de un electricista. Nada más comulgar, el padre, desde el banco, con un mando a distancia, le encendió la corona que la nena llevaba en la cabeza y que, hasta ese momento, yo, y me imagino que la mayoría de la gente, no nos habíamos dado cuenta que estaba llena de mini-bombillas. Casi me da algo! Lo malo es que lo primero que pensé fue: y el día que la nena se case (por la Iglesia o por lo Civil, da igual) ¿dónde le va a poner la luminaria?.

Consejo culinario: Si quieres hacer una salsa con cebolla caramelizada y no tienes tiempo, pochas la cebolla en aceite (se puede añadir algo de mantequilla) Una vez pochada, se le añade caramelo líquido (se puede comprar ya hecho y es más rápido y se mancha menos la cocina) sal y pimienta; se le da un hervor y… Listo! Es que si le pones azúcar o caramelo desde el principio, se requema