domingo, 28 de diciembre de 2008

PUÑETERO DISCO DURO!

Estaba yo tan contenta el otro día escribiendo mi blog cuando, de repente, se paró el ordenador. ¡HORROR! A partir de ahí, ya no se dejó hacer nada y cada vez que intentaba arrancarlo hacía un ruido rarísimo. Total, disco duro muerto. Casi me dan los siete males porque, además de ser mi herramienta de trabajo también lo es de curiosidad y de intercambio de noticias con mis amigos repartidos por varios países y por aquí cerca. En realidad no se de qué me asombro ya que soy la primera que, cuando se estropea algo pregunto si no se oyó hablar hasta ahora de la fatiga de los materiales y, por lo que se ve, el famoso disco duro debía de estar fatigadísimo pero ni me avisó el muy capullo. Simplemente dejó de funcionar. Si yo envejezco, ¿por qué no lo va a hacer el disco duro a la añeja y provecta edad de tres años? (calculo que es la edad que tenía el pobre). Y no se cómo llevará el disco duro eso de envejecer porque yo, hay días que lo llevo fatal. Cuando me miro al espejo o veo una foto mía recién hecha pienso que esa vieja que me mira desde la foto o desde el espejo, no soy yo. Pero si que lo soy. Lo que pasa que en este tema, ocurre lo contrario que con la mujer del César: no me importa serlo, es más, creo que me divierte un montón ya que, ahora, me permito lujos que en la vida hubiera soñado, tales como llamar al pan, pan y al vino, vino, decir lo que me gusta y lo que no y por ahí "p'alante"; lo que si me importa y me joroba, es parecerlo. No quiero ir para atrás ni para coger impulso pero que se te ponga la cara, que es tu tarjeta de presentación, como una pasa, no mola nada. Y como a tu alrededor todo el mundo o, la mayoría, se hace "cosas" para estar  SSSSSSSSTUPENDA, allá voy yo con el gallinero (que se extiende desde la frente hasta el escote) en pleno alboroto. Bueno, eso me pasa a veces. Otros días (la mayoría) todo eso me importa un rábano y voy tan contenta con mi código de barras, único e irrepetible, mi rollito primavera a la cintura y esas venillas que parecen tatuajes exóticos porque, en definitiva, a mi nieto, a mis gatos y a las personas que me quieren de verdad, les da exactamente igual, sobre todo mientras siga cocinando para ellos y no les falten mis guisos (Ay! tengo una duda horrible en este momento: será por mi o por mis menús?...)
Consejo de cocina: Lo sabe mucha gente pero no está de más recordarlo. Si quieres que la carne guisada te quede blandita (en el supuesto de que no te fíes de su ternura) no tienes más que ponerle un corcho de botella, pero corcho de verdad, no sucedáneo, para que quede riquísima.

lunes, 22 de diciembre de 2008

CON LO BIEN QUE ESTÁBAMOS POR EL MUNDO!

Venimos la mar de contentos de andar por el mundo (eso si, costeando desde Cascais para evitar la nieve y, aún así... hubo de todo) y, ya antes de llegar a casa, Señor, Señor! "Empiezan los azotes en la casa de Caifás" o sea, empiezan las malas noticias, las reivindicaciones, las llamadas familiares indeseadas y ese no parar haciendo cosas todo el santo día, más bien para los demás que para uno mismo. Una: "Mamá, se ha caído el tejado encima del descansillo de la escalera". Otro: "Mamá, espeté con el coche y quedó, prácticamente, siniestro total". En ambos caso la pregunta siguiente fue: "Tú, estás bien?" SI! Pues estupendo, alegría por todo el cuerpo y que no decaiga. Pero la realidad es que no te da tiempo ni a llegar y ya estás dentro de la cruda realidad que había quedado hábilmente aparcada durante unos pocos días. Eso, la familia. Si coges el periódico lo menos que se puede agarrar es una pirrilera para no cabrearse en exceso por aquello de que no es sano para las arterias y una tiene que cuidar-se del stress... para que no se produzca. No os lo vais a creer pero aquí, en este preciso momento, se murió el disco duro, dejó de funcionar el ordenador y, cuando lo recuperé ya se me había olvidado lo que quería contaros, así que, otro día será que hoy va más cortito.
Consejo culinario:Para que no se oxiden las alcachofas mientras se pelan y preparan, no hace falta meterlas en agua con limón, es suficiente meterlas en agua con unas ramas de perejil. Así cogen menos sabor y quedan igual de blancas

domingo, 21 de diciembre de 2008

AY! PORTUGAL, POR QUÉ TE QUIERO TANTO?

Pues eso! Nos encanta el país vecino. Y digo yo que, ya que cuando era pequeña, supongo que por aquello de la vecindad, en el colegio nos hacían estudiar francés, tenían que habernos puesto como asignatura obligatoria también el portugués. Y es que la primer vez que puse los pies en Portugal, las pocas palabras que entendía, porque se comen las vocales al hablar, me daban una risa ciega. Me parecía talmente un español hablado en coña marinera. Y es que llamar a la pantorrilla "barriga do perna", al cepillo de dientes "escoba os dentes" y al moño "carrapito", por poner un ejemplo, qué queréis que os diga, me da la risa. Ah! y el año pasado me enteré que lo que me estaba comiendo que era "perú", no era un pais, era PAVO. Como lo vi tan blanquín, en mi ingenuidad y malestar de estómago, creí que era pechuga de pollo y yo le decía a nuestros amigos portugueses (que son encantadores y siempren nos invitan a cenar a su casa), "ponerme un poco más de esa pechuga de pollo que está tan rica". Muerta de risa la anfitriona (ahora le tocaba a ella) me dijo: es perú! (fue cuando me crei que me estaba zampando un país). Así que este año, con la lección aprendida fui yo la que le pedí la receta porque de verdad que está riquísimo y suavísimo. Ni que decir tiene que el vino que nos dieron estaba también estupendo pero... el OPORTO! (Gracias!) MHHH, me gusta casi tanto como el chocolate. Espero que no se ofendan por lo que estoy contando porque les consta que, de verdad, nos encanta Portugal, su gente, su cielo, su paisaje, su luz... pero no puedo evitar que, además de ternura, me de la risa con alguna que otra palabra. Como nos sobra osadía, solemos ir a la revista al Teatro MARIA VITORIA pero este año ya no había. Fue una pena porque el año pasado uno de los actores le tiraba los tejos a mi marido desde el escenario diciéndole: "el del jersey bermello que suba aquí" y todos mirando y aplaudiendo Y el otro, se despidió haciendo "mutis" pero tirándole besos! Bueno, para consolarnos, vimos la película de AMÁLIA, sobre la vida de Amália Rodrigues y otra de dibujos, MADAGASCAR. Si nunca visteis una película infantil en portugués, os recomiendo que, aunque sólo sea una vez, no os lo perdáis.
El consejo de hoy tiene que ver con un alimento pero es un remedio para las quemaduras: cuando se produce una, sea cual sea su extensión, el primer auxilio es colocar la parte afectada debajo de agua fría corriente hasta que calor disminuya y pare de quemar las capas de la piel y después, clara de huevo, levemente batida (sólo para que sea más fácil de aplicar). Se coloca capa tras capa de claras semi batidas (al fin y al cabo es colágeno puro y natural, lleno de vitaminas) hasta que se note la mejoría. No quedará ni rastro.

lunes, 8 de diciembre de 2008

SERVIDORA NO BAILA QUE ESTÁ SUDÁ PERO ACEPTARÍA GUSTOSA REFRIGERIO EN BARRA

Hete aquí que a mi amiga la Gertru, que había estado desmandada como una peonza en la pista de aquella discoteca y ya se retiraba, la invitó un mozo a bailar y, sincera como ella sola, le contestó eso, lo del título (que no lo voy a repetir). A eso llamo yo no perder la ocasión porque, si viene un mozo de buen ver y mejor tocar y ya no puedes ni con los pinreles, no hay que dejarlo escapar. Igual es el premio nobel de la esquina, tu media naranja o el que te va a comprar ese piso que hace mil años tienes en venta y no acabas de quitarte de encima porque ¿quién conoce realmente los designios del Señor? El caso es no dejar pasar las oportunidades. Es muy de agradecer que alguien te diga "chatina, quién te puso ahí? cuando son las "tarantas y otras tantas" de la noche, estás despelujada, los tacones te matan, la faja que te has puesto para disimular el michelín traicionero "rollito primavera" ya no la aguantas y justo en ese momento te estás preguntando qué diablos haces tú allí si lo que estás deseando es llegar a casa, quitarte toda esa parafernalia, darte un baño de espuma y tirarte bien calentina en la cama a ver la televisión, aunque sea la teletienda donde anuncian las cosas más peregrinas que, en tu ingenuidad, ni sabías que existían. Sopesas la oferta y, si, lo de casa es tentador pero el mozo tiene buena pinta, te mira con ojos golositos y además sonríe con unos paletones separados que te roban el corazón. Total que, en vez de hacer lo sensato, te quedas allí charlando y..., el resto de la noche os lo cuento otro día porque está feo querer saberlo todo de golpe. Eso si, cada uno que le ponga imaginación y piense lo que quiera. ¿Cómo habrá acabado la noche? Se habrá arrepentido la Gertru? Bueno, con lo enamoradiza que es ya la veo venir el próximo día diciéndome que ya encontró su media naranja, que esta vez va en serio, que éste no la va a dejar plantada cuando le cuente todas esas manías que tiene y que, desde luego, donde vaya ella va su madre (que se cree Sarah Bernhardt y anda por la casa representado todo el día la alegoría del viento), su tía Gertru (por eso ella se llama así) con sus 9 gatos y el loro de la vecina que hace años adoptó. En fin, una lástima. Me parece que ya puedo ir preparando los pañuelos de papel (no digo marcas que luego me dicen que hago publicidad) porque puede que acabe como la canción aquella de "un flecha en un campamento, chis, chis (bis), la colchoneta .... etc (si, ya lo se, soy mayor porque si no, no sabría esas canciones del año del picor. Y qué?).
Consejo culinario: Si compras un frasco de pasta de pimiento choricero y no lo utilizas todo, aunque lo metas en la nevera a los pocos días lo tendrás que tirar. Hay gente que le echa un poco de aceite por encima pero si quieres asegurar que te dure de verdad, echa lo que te sobre en una cubitera de hielo. Una vez congelado en cubitos, envuelve uno por uno en papel film y los metes en una bolsa en el congelador. Siempre lo tendrás a mano y sin problemas

viernes, 5 de diciembre de 2008

"SUJETARME QUE ME LO COMO"

Pues si, ese podría ser mi grito de guerra ante el chocolate. Me encanta, me chifla, me vuelve loca y es el único alimento que hace que se me caigan las babas (aunque peor es un amigo mío italiano que, cuando ve el chocolate o el queso, no sólo se baba sino que, además, llora!). Cuando era pequeña, me gustaba sólo el chocolate con leche. Luego aparecieron los chocolates con almendras y avellanas que eran una delicia. Más tarder, llegaron todas esas variedades: con fresas, yogur, café, caramelo, licor... Yo que se! Mil y un sabores. Resumiendo, que el chocolate es para mi como para los borrachos el agua de los floreros aunque tengan lejía para mejor conservar las flores (y que no se me ofenda nadie que es una expresión coloquial). Es decir, me vale cualquiera. Y últimamente,me chifla el negro, el del 90% de cacao. MMHH! Qué rico! Cuanto más amargo, mejor. Total, que no puedo tener cerca de mi nada de chocolate porque me tiro como una loca y soy capaz de quedar mal, en casa de mis amigos, si ponen cerca de mi algo de ese material. Y bueno, mojar una onza de chocolate en el café caliente ya es.... Probad! y vereis lo que es bueno! Eso si, el título también se podría aplicar a mi nieto, es decir, que es ver al bebé y me vuelvo chifleta perdida y también se me caen todas la babas, MÁS que con el chocolate, que ya es decir! Y no sigo escribiendo que voy a la despensa a ver si encuentro algo del chocolate que se me haya podido olvidar (raro, raro) de la última vez que me lo trajo mi marido que conoce mi debilidad y mira si será bueno que me la fomenta!
Consejo culinario: El único alimento que hay que congelar en caliente es la patata y las preparaciones que la llevan en abundancia. De esa manera, no se oxidará. Así que nunca guardes las patatas de una hora para otra porque se vuelven tóxicas.

martes, 2 de diciembre de 2008

LO TUYO NO ES UN CUERPO, ES UNA ESCULTURA!!

Eso le digo yo a mi marido todos los días por la mañana porque la gente tiene que irse contenta al trabajo. Así que, como diría Mafalda, mando a un señor maravilloso, perfumado sonriente, feliz en una palabra, Y MIRA LO QUE ME DEVUELVEN! ojeroso, cansado, los ojos rojos... Pobrecito mío. Así que es lógico que yo lo jalee nada más levantarnos. Pero soy correspondida en la misma medida, así que, hoy, voy a reivindicar el "michelín". Porque digo yo ¿a qué tanto escándalo con la celulitis? ¿Por qué tiene que ser fea la famosa "piel de naranja"? Vamos a ver, la celulitis lleva años conmigo, es más, diría que nací con ella puesta y a mi padre le costó una barbaridad mantenerla trabajando para alimentarnos a todos, y mi madre contribuyó con sus maravillosos guisos; y yo, para no defraudarlos y dejar su labor a medias, procuro tenerla siempre en su sitio. Inamovible. Y ahora, porque nos quieran sacar los cuartos con cremas y tratamientos carísimos, dicen que es horrorosa y que nadie va a mirar para ti y que no vales nada si no te la quitas (a la que vez que se te van cayendo los números azules de la cuenta de ahorros y van subiendo los color rojo sangre. Una tragedia!). A mi me encantan esos rollitos que se ponen alrededor de la cintura. Hace tiempo leí en un libro del que no tengo ni idea del título ni el autor, que los llamaba "las asas del amor". No os parece precioso? Suena tan bien!. Si al final siempre es lo mismo, la ropa sola resulta fría y si no, mirar a las modelos de las pasarelas y a ver quien me explica porqué la mayoría de las personas que dictan las modas, son gente a quien no les gustan las mujeres. Me acuerdo que, hace años, cuando yo era bastante más joven que ahora (tanto tiempo ya? Jesús!) me apoyé en el hombro amoroso de un amigo muy flaco. Ay! Señor! Creí que me hacía la trepanación de oído y sin anestesia. Así que, amigos míos, no os preocupeis por ese rollito primavera que asoma por encima del cinturón. A más de uno le puede resultar atractivo porque, con un poco de celulitis, una va mullida por la vida y tal y como está la cosa, hay que protegerse, ser acogedora y, de paso, tener reservas por aquello de la crisis que nos invade. En conclusión: VIVAN LAS CURVAS!

Consejo culinario: Ten siempre en el congelador ramas de apio y puerros. Primero, porque sacándolos cinco minutos antes, se trocean de maravilla y no se rompen ni deshilachan. Y segundo, porque en 20 minutos podrás preparar una sopa deliciosa, añadiéndoles agua, sal y un poquito de mantequilla. Prueba y verás!