jueves, 8 de enero de 2009

YA PODEMOS VOLVER A NUESTRA VIDA RELAJADA!

Por fin! Se acabaron las comilonas, el quererse por decreto, la búsqueda del regalito que faltaba y que te deja la tarjeta de crédito ya con colitis total para medio año, el roscón, los turrones, el cava y los chupitos extemporáneos. Los amigos que viven fuera se han vuelto a sus casas y, aunque ya los echamos de menos, podremos descansar y volver a la maravillosa rutina de lo que nos gusta hacer. Ya se que suena raro pero yo, me muero por volver al balneario a bañarme en esa piscina de mar de agua caliente, a la luz de la luna, con esos chorros que te dejan la espalda, del cuello a la rabadilla, totalmente recompuesta; quiero volver a comer lechuga de primer plato sin que nadie me mire como si me hubiera vuelto, de golpe, una especie de roedor raro; quiero volver al filete a la plancha y el pescadito (congelado, que la vida está muy cara, a pesar de lo que diga Zapa y sus boys) al vapor (o como decía una señora que conocí tiempo ha, "al pavor". Mira tu, igual estaba más acertada diciéndolo así). Y es que estoy harta de tanta invitación y tanto comer porque se concentra todo en semana y media y eso, difícilmente se aguanta. Y, encima, está todo tan bueno... que ya podían repartir un poco a lo largo del año. Lástima que ahora, los Reyes Magos ya no traen carbón. Si por lo menos lo sustituyeran por pagarnos un mes el recibo del gas, ahora que se gasta más con la calefacción pues estaríamos todos portándonos fatal el resto del año para que nos dejasen cuanto más mejor. Pero como digo, cuando ves aparecer el ROSCÓN la tarde del día 6, empiezas a respirar con cierta satisfacción: ya sólo queda recoger los adornos y... hasta el próximo año. Y hablando del roscón os contaré que, cuando yo era pequeñita, había una familia conocida (no eran asturianos) que nos invitaron la tarde del 6 de enero a su casa para que viéramos "como comían el palmón". Pues fue literal. Se sentaron todos a la mesa, se repartieron el palmón y se lo comieron delante de mi hermana, una amiga de mi hermana y quien suscribe.  Cuando llegamos a casa y se lo contamos a mi madre, no daba crédito: "pero ni siquiera a la nena (que era yo, por supuesto) le dieron a probar?" Pues no. Así que el palmón, pero de narices, fue para nosotras.
Consejo culinario: Ahora que es época de naranjas, cuando las comas no tires las pieles. Vete cortándolas en tiritas (así te entretienes en la sobremesa) y metiéndolas en un frasco grande en la nevera y procura que tengan lo menos posible de la parte blanca. Cuando tengas bastantes, pon las pieles toda una noche a remojo o dales un hervor. Tira el agua. Luego, vuelve a ponerlas en un cazo con agua que las cubra y 250 g de azúcar (si las guardaste en un frasco grande y lo tienes lleno) y ponlas a cocer a fuego suave hasta que estén tiernas. Tienen que estar siempre cubiertas de líquido. Las pones en unos tarros de cristal y las dejas enfriar con los frascos boca abajo. Luego los guardas en la nevera y puedes usarlo como mermelada, para rellenar un bizcocho, cubiertas de chocolate... En fin, lo que se te ocurra

1 comentario:

Anabel dijo...

Que felicidad volver a la rutina! y ahora quién baja estos kilos de más? Bueno lo importante es que empezemos el año con ganas.Si tuviera tiempo extra para cocinar, seguro seguro que te pedía unas recetitas.Quizá lo ponga en mi listado de objetivos para este año.
Un saludo Leonor